Durante el siglo XVI y la primera parte del XVII, los compositores más importantes de América eran originarios de la península ibérica, en el viejo continente. En aquella época los maestros de capilla eran europeos de nacimiento, aunque hubieran escrito la mayor parte de su obra en el nuevo continente; este es el caso, por ejemplo, de Hernando Franco, Gaspar Fernandes y Juan Gutiérrez de Padilla.
En el siglo XX, cuando se comenzó a estudiar la música de las catedrales de América, se consideró a Francisco López Capillas como un hábil compositor de suma importancia en el siglo XVII. Este personaje fue maestro de capilla de la Catedral de México entre 1654 y 1674 y originalmente se supuso que había nacido en algún punto de Europa. En 1977, el investigador Robert Stevenson anunció el descubrimiento del testamento de López Capillas, documento en el que se reveló que el insigne compositor había nacido en la Ciudad de México.
martes, 18 de mayo de 2010
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